Terapia de ternura para los mayores de Ostende
Los extremos de la vida se unen en un cuento infantil, en las risas que da una adivinanza, en gestos de respeto y cariño y en sonrisas que acarician el corazón y ayudan al cuerpo… La mejor terapia ocurre cuando personas mayores de la Residencia Modelo Ostende se encuentran con niños y niñas del Espacio de las Infancias de Pinamar. Un par de horas donde el tiempo retrocede para los más grandes que vuelven a ser pequeños.
El contacto intergeneracional es el camino. Así queda comprobado en los encuentros coordinados por los profesionales del área sociopreventiva de la Residencia Modelo Ostende junto al Espacio de las Infancias de la Municipalidad de Pinamar. A lo largo de este 2024 se realizaron actividades para promover la interacción entre mayores e infantes y los resultados superan las expectativas, según la Licenciada María Ayciriex, terapista ocupacional que está a cargo de este programa de la Residencia que también lo integran trabajo social, psicología, quinesiología, una nutricionista y enfermería.
Las sonrisas de grandes y pequeños lo dicen todo. En una jornada dedicada al Día de la lectura en septiembre tuvo lugar esta cuarta visita al Espacio de las Infancias donde todos son ya buenos amigos. Historias Mayores fue testigo de esa reunión plena de cariño y respeto. Mientras esperábamos que todos se dispusieran en la sala preparada para el evento, Leisa Yatib, directora del Espacio de las Infancias, nos explicaba que los niños y niñas se venían preparando de hace días para recibir a los residentes. Junto a los docentes, que iniciaron la fiesta interpretando un cuento que causó muchas risas y aplausos de los espectadores, organizaron lo que fue un encuentro lleno de historias compartidas, chistes, adivinanzas y regalos mutuos.
Entre la docena de personas mayores que quiso asistir, ni uno dejó de participar, leyendo un cuento o contando un chiste. Igual todos los pequeños que corrieron a buscar sus libros favoritos para leer a las visitas. Al llegar el momento de la despedida, no faltaron los besos y abrazos que espontáneamente obsequiaron a los mayores. Planeando el siguiente encuentro, con postres y música para ir finalizando el año juntos.
"Los niños son una delicia", afirmaba Susana de 73 años. "Son lo mejor del mundo", remarcaba Stella Maris. Lidia, de 75 años, se expresaba "feliz de poder asistir" a pesar de tener que movilizarse en silla de ruedas nada le resulta tan gratificante como "dar y recibir cariño". De la misma manera opinaba Héctor, muy contento del "amor que dan los niños".
"FACILITAR LA PARTICIPACIÓN SOCIAL Y EL CONTACTO CON LA COMUNIDAD"
La licenciada María Ayciriex detallaba que en el mes de mayo se realizó una jornada de reconocimiento de los niños y niñas con los residentes del hogar. En junio, la temática fue los juegos intergeneracionales, entonces los mayores propusieron presentar a los pequeños los juguetes de sus infancias y viceversa. En julio compartieron otra jornada recreativa y en septiembre compartieron esta maratón de lectura en adhesión a la semana de la lectura que se hace en todo el país. En octubre cierran este programa articulado durante todo este año con una quermés. Y en diciembre los residentes acompañan a las infancias con el acto de cierre del curso en el Teatro De la Torre.
"Es un momento muy especial que disfrutan todos, del espacio, de los abrazos… son momentos muy lindos para los dos grupos y para nosotros como profesionales también", remarca Ayciriex a la vez que destaca el trabajo de todo su grupo para "generar estrategias para facilitar la participación social y el contacto con la comunidad a través de diferentes acciones".
Está claro que la etapa de vivir en una residencia o un hogar es un paso difícil en la vida de muchos adultos mayores y sus familias. Que existan estas acciones de intergeneracionalidad, entre muchas otras actividades sociopreventivas dentro de estas instituciones es un gran aliciente. Una verdadera terapia de ternura.