Ibis Lancibidad, la "niña rural" de 103 años que publica su primer libro de cuentos y poesías

04.12.2023

Siempre hay sueños que se pueden cumplir, aún pasando el siglo de edad. Ibis Delfa Lancibidad Larrauri se ha convertido en la escritora más longeva de Uruguay y quizás del mundo con su primer libro de cuentos y poesía contemporánea. La profesora de Literatura, que dejó su carrera para dedicarse de pleno a su familia, retoma su vocación en su etapa de "super anciana" con "retazos de su vida" en una obra que es un canto de amor y esperanza.

Yo también fui joven

No usaba lentes ni miraba el piso

como lo hago hoy...

Miré de frente y la ilusión llegó.

Fui entre adolescentes o incomprendidos

Yo los comprendí...

Leímos juntos la Biblia,

El Quijote, Los Miserables...

Qué autores difíciles!

Hay que comprender, la profe decía

ustedes también!

Yo también fui joven

no usaba lentes ni miraba el piso

como lo hago hoy.

Ibis nació "en el campo" el 15 de marzo de 1920. Se considera por sobre todas las cosas "una niña rural"  y a sus 103 años nos lo cuenta "con mucho orgullo" a través de la pantalla de una computadora. "Hay que modernizarse, no hay más remedio", sostiene la uruguaya que vino al mundo en el departamento de Flores y hoy vive en Montevideo, con su hija Ariadna y su yerno Freddy que hizo posible la comunicación. "Los años son los años y yo pertenecí a otra niñez, a otra juventud... Y hay que adaptarse, porque si no uno sufre muchísimo", afirma en la videollamada desafiando a sus problemas de audición. 

Hija de una maestra rural y un juez de paz, hermana de Agustín y Rubén, criada en medio de la naturaleza durante su infancia, Ibis revive esos recuerdos en sus cuentos y poesías que escribe a puño y letra como "retazos desiguales de su vida". Su nieta Allison le propuso publicarlos en un libro y a ella le encantó la idea de dar a conocer las andanzas de esa niña "tan pero tan distinta a una niña de ciudad".

A la ciudad se mudó con sus padres cuando se jubilaron. Apasionada desde siempre por la lectura y la escritura, se convirtió en profesora de Literatura. Ejerció durante varios años dando clases, hasta que conoció al amor de su vida, en 1945. Con el doctor Antonio Ferrara tuvo cuatro hijos: Heraldo, Arnoldo, Liana y Ariadna. Tuvo "un matrimonio muy hermoso, hermoso, hermoso" que duró 54 años hasta que él falleció con 86.

Ibis retomó su pasión por la escritura a los 96 años, con siete nietos y varios bisnietos. Lo hizo también para mantenerse intelectualmente activa y poder seguir siendo autónoma y "muy lúcida". Caminar por las mañanas es su rutina para ayudar al físico. "La cama es un imán a mi edad, hay que mantenerse lejos de ella", obedece el consejo de sus médicos.

A la muerte la estoy esperando con mucha tranquilidad...

Ibis cree en Dios, en "el Dios resucitado, no el del sacrificio", explica la diferencia según la Iglesia Metodista en la que participa activamente . "A la muerte la espero con mucha tranquilidad, yo me he portado muy bien", asegura la escritora. 

Víctor Hugo es uno de sus autores favoritos. Su obra El hombre que ríe la ha marcado mucho. "Así es la vida. Hay que poner las dos caras, por lo menos es lo que yo creo..." reflexiona la centenaria que siempre cultivó sus tres aficiones: leer, escribir y plantar... "He sido una buena plantadora en mi vida...", afirma la escritora que adora la huerta porque "siempre tienes para alimentarte y las flores porque enriquecen tu vida". Su libro se titula como su nombre, IBIS, "no por ego" sino por seguir sembrando en cada página las semillas que son palabras, raíces, frutos y flores.